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Mi dia a dia con Home Schooling + Office

Home-Schooling + office

Hoy me gustaría contaros cómo sobrevivimos al seguir tras muchos días todos juntos en casa! Una casa que hace de Office, Colegio, Guardería, Comedor, Hotel y mucho más!

No por mucho madrugar amanece más temprano

Agustín de Rojas Villadrando

Durante estos días de estado de alarma, de quedarse en casa y poder socializar personalmente solo con las cajeras de los supermecardos, quizás con algún vecino que se asome al balcón, es difícil mirar hacia adelante e imaginarse cuando va a terminar esta segunda ola y cuanto va a tardar en venir la tercera ola, que los expertos aseguran que va a llegar.

Los niños se adaptan muy facilmete a nuevas situaciones y realmente si se les presta la atención necesaria, siempre necesitan lo mismo, quieren ser escuchados, necesitan que les demuestres tu cariño en cada situación y con eso ya son felices.

Mis hijas han visto rápidamente la cara positiva del lockdown, aunque la mayor con los deberes en casa también ha tenido sus momentos de frustación y la pequeña tenía que luchar con que papá y mamá necesitaban un poco de tiempo para trabajar. Ellas me han enseñado que podemos disfrutar de este tiempo juntos, que podemos hacer cosas para las que nunca quedaba tiempo, que tener una familia en estos momentos es algo que ayuda y de lo que podemos estar orgullosos. Me cuentan desde su perspectivas de niñas cómo y qué entienden en esta fase que estamos viviendo actualmente y tras escucharlas con atención cada vez me convenzo más que podemos aprender tanto de los niños y que definitivamente ellos hacen que nuestra vida sea más completa.

En cambio cuando a una persona adulta le alteran su rutina diaria con un lockdown, no son las cosas positivas lo primero que aprecia. Existen por supuesto personas más positivas y menos, y todo depende mucho también del estado de ánimo de las persona en cuestión. En mi caso, que ya he vivído un «encierro» en abril-mayo, ya sabía lo que me esperaba, por eso también quizás la primera impresión fué de desilusión y desesperanza.

No he fallado. Simplemente he encontrado 10 mil caminos que no funcionan.

Thomas A. Edison

Yo soy una madre Ingeniera en Electrónica y en durante mis horas de trabajo tengo que prestar atención a lo que hago. Seguro hay reuniones en las que se puede escuchar y pasar más desapercibido pero son los menos casos. En eso se basa mi desilusión, porque ya sé de antemano, que no voy a poder hacerlo todo, lo suficientemente bien: hacer mi trabajo, cuidar, jugar y educar a mis hijas, atender las cosas del hogar y tener tiempo para mi. Por suerte tengo a mi marido, con el que comparto todas las tareas, menos el trabajo.

Decir que todo esto se puede hacer eficientemente sería una mentira. Trabjar, limpiar, cocinar, educar, jugar, hacer deporte y todas las demás cosas que cada uno quiera hacer no son posibles de manejar con toda la familia en casa. En nuestro caso hemos buscado y adaptado todo al máximo, nuestro horario de trabajo, calendarios, deberes de las niñas, compras, hacer la comida, pero aún asi es muy cansado.

Es difícil concentrarse en valorar la tendencia de potencia de bloqueo de un transistor de potencia cuando cada 2 minutos (sin exagerar!) mi hija de 5 años que está sentada a mi lado en su propia mesita, con todo lo necesario para entretenerse me preguta: -mami, te gusta mi dibujo? ; -mami, mami, MIRA! he dibujado un unicornio!; – Mami ayudame que no encuentro mi lapiz color rojo… Aunque la quiero con locura, después de 2 horas de interrupciones cada 2 minutos mi mente no puede volver a concentrarse en la potencia de bloqueo. O si estoy en una reunión en la que yo soy la organizadora para discutir un tema en cuestión, como podria ser cual es la dosis de implantación necesaria para el canal de un MOSFET, ella se acerca a mi si hablar, y me mira con cara de pregunta, hasta que me excuso por unos segundos en la reunión y le digo, dime amor, y escucho: – Mami, por qué tenemos pestañas, para que sirven? Estas pequeñas anécdotas me hacen reir y realmente sentir que amo a mis hijas, pero durante el momento que las estoy viviendo pienso que no puedo hacer bien mi trabajo, y empieza un conflicto interno con mis pensamientos.

La compra, organización y preparación de la comida para todos toooooooodos los dias de la semana es algo que me está superando, el PENSAR que hago mañana de comer que le guste a todos, pero si tengo una reunión a la hora del almuerzo pues tengo que prepararlo el día antes…o me levanto más temprano? No, eso no, ya no puedo levantarme más temprano porque ya me levanto a las 6 para poder trabajar antes de que las niñas se despierten… Entonces me reserve una hora en mi calendario sin reuniones para poder prepara la comida y comer, ya que yo soy la encargada.

Mi marido se encarga de los deberes de la mayor, ya que mi grámatica alemana deja mucho que desear, hablarlo lo hablo perfecto! Mi hija se esfuerza en hacer sus deberes sin hacer muchas preguntas a su papá, pero una niña de 8 años también tiene que preguntar en sus ejercicios de dividir con llevar, sus redacciones sobre un libro, explicaciones de sociales y sobre porque hay corona virus…eso es inevitable. Si creeis que los deberes de una niña de 8 años son algo fácil, intentad hacerlo mientras trabajais en paralelo, es como hacer malavarismos.

Yo siempre he sabido que quería tener hijos, gracias a mi estupenda familia, y siempre he sabido que no queria ser profesora sino trabajar en el mundo de la técnica, en mi caso ingeniero de procesos de microchips basados en diferentes tipos de semiconductores. El tener que decidirse por una cosa o la otra no ha entrado nunca dentro de mis planes, pudiento tener los dos, pero sin la base de un buen sistema de educación y cuidado para niños para la conciliación de la vida familiar y profesional esto no sería posible. Durante estos momentos de crisis financiera, emocional, social y de salud, que vivimos actualmente por el corona virus, se han puesto en jaque todos estos valores, haciendo que la balanza de la estabilidad para las familias en las que los dos padres trabajan se destabilice.

En Austria estan relativamente avanzados en comparación España, y no tanto si se compara con Suecia, pero no se pueden cambiar generaciones de tradición en un abrir y cerrar de ojos. Que en Austria la ecuación conciliación entre familia y trabajo es mejor que en España es uno de los principales motivos por los que me decidí a quedarme en este país, así como la situación socioeconómica, que deja mucho que desear a España. Mi dilema moral actual que a aparecido durante este segundo lockdown y ya empezo a sugir en el primero es simplemente la pregunta que se hacen tantas familias con niños en edad escolar : – Debería dedicarle más tiempo a mis hijas? Estoy perdiendo el tiempo?

Realmente me hago estas preguntas porque la desestabilización de mis rutinas por el Virus han provocado que no vea a mi familia en España desde hace casi una año. Una parte de la energía que necesito para ser feliz y disfrutar de la vida que tengo Austria me la dan mis viajes a España, visitar mi infancia, enseñarles a mis hijas donde yo jugaba, cual era mi colegio, disfutrar de los abuelos, del mar y de todas las cosas maravillosas de la Axarquía. Esos viajes a mi adolescencia también me abren los ojos cada vez en cuestiónes de situación laboral, desarrollo económico, educación y bienestar y refuerzan mi decisión de no quedarme a vivir en España y buscar otras oportunidades.

El Corona Virus no solo está afectando la salud física de muchas personas, sino que también afecta la salud mental de otras tantas, que sienten que esto se está alargando demasiado.

Animo y Feliz fin de semana a todos!

La vida es como una bicicleta. Para mantener el equilibrio tienes que seguir adelante.

Albert Einstein

El Comienzo de Mi Historia

Me gustaria comenzar esta nueva entrada transmitiendo mi experiecia,de hace 12 años, cuando decidí hacer la maleta en Málaga, y ser valiente en Graz.

La historia comienza en 2005 cuando mis estudios en la Universidad de Málaga me ofrecen la oportunidad de participar en un programa europeo de estudios, donde tengo la posibilidad de estudiar un año en la Universidad Técnica de Graz. Después de enfrentarme con todas las dudas y miedos, la suerte decidió por mi y conseguí una plaza.

Nunca antes me habia planteado seriamente irme un año fuera, y aunque ahora es lo más normal del mundo tener una beca Erasmus o irse a estudiar a EEUU o cualquier otra parte del mundo, para mí significó un verdadero cambio ya que nunca había estado más de un mes fuera de mi casa.

Las experiencias durante ese tiempo viviendo en Austria las puedo comparar con las que viven los estudiantes universitarios de comunidades rurales cuando se van a estudiar a la ciudad: búsqueda de vivienda, adaptarse a una nueva ciudad y valerte por ti mismo. Sumando evidentemente aprender el lenguaje y disfrutar de la libertad que ofrece una ciudad desconocida.

Viajar a otra ciudad, otro país, otra lengua por trabajo, por estudios o por diversión es una experiencia al alcance de todos y que definitivamente influye en el desarrollo personal.

A mediados del año 2007, después de volver, estaba terminando mi carrera de ingeniería y haciendo prácticas en una empresa en el parque tecnológico por muy poco dinero, como la mayoria de mis compañeros. Siempre pensando como prodría mejorar, cómo podría encontrar un trabajo razonable y escuchado los consejos de mi sabios padres me decidí a buscar trabajo fuera de España para así tener la experiencia y conocimientos que las empresas tanto solicitaban.

En menos de tres meses encotré un trabajo donde poder aplicar mis conocimientos, donde el potencial de los jovenes trabajadores se valora y donde no se requiere de 5 años de experiencia para poder empezar a ejercer mi profesion, triste verdad en España, donde no había nada comparable. Desde entonces ya han pasado 12 años. En este tiempo he vivido tantos momentos especiales que necesitaría una vida entera para poder compartilos, pero como siempre le digo a mi hija mayor cuando no sabe como empezar, simplemente empezaré por el principio.

Probablemente existen miles de motivos por los que una persona se decide a abandonar su area de confort, la estabilidad social y familiar. Igualmente existen miles de motivos para para quedarse. Irse o quedarse, cuántos jovenes españoles se han hecho esta pregunta durante los últimos años.

En mi caso me dicidí irme por mi futuro y para sentirme dueña de mis oportunidades. Aprender un nuevo lenguaje, aprender como funciona el mundo laboral fuera de España, y acumular suficiente experiencia profesional eran mis principales objetivos.

En ningún momento pensé quedarme a largo plazo, simplemente pensaba aprovechar las circunstacias y formarme lo mejor posible. Naturalmente también tenia sentimientos encontrados, como la mayoria de los jóvenes que deciden dar este paso. Pensaba en mis amigos, en mi familia, en mi entorno y sí, estaba asustada.

Todo nuevo comienzo es difícil y más si el idioma de por medio es Alemán del sur de Austria, y cuando empezé a trabajar todavia no era una experta en el lenguaje, más bien una principiante, pero me sentí rapidamente acogida aún cuando al principio no entendía todo y a todos.

Durante el primer año de trabajo empezé a conocer como funciona la Sociedad austríaca. Durante el año Erasmus me habia relacionado principalmente con estudiandes de toda Europa y también austríacos, pero un año de estudiante no es comparable con un año de trabajo.

Mis recuerdos de ese primer año lejos de mi entorno los recuerdo como si fuera ayer; el primer mes la empresa me pagó un hotel hasta encontrar vivienda, me ayudó y pagó la mudanza y los vuelos. Los primeros meses estuve concentrada en cursos para aprender todo lo necesario para el trabajo y más adelante tenia un tutor al que poder preguntale en cada momento, fue una gran aventura.

También recuerdo el frio y millones de días grises en invierno. Las montañas llenas de nieve y los lagos congelados. No entender a las cajeras cuando iba al supermercado, no saber porqué los semáforos no parpadean en naranja y sí en rojo y naranja a la vez. Y muy importante si estáis en Austria: la propina al camarero no se deja en la mesa…Eso son solo algunas de las cosas que aprendí ese primer año, ese 2007.